Las conclusiones de un estudio de la Universidad de Alicante afirman que las condiciones atmosféricas y ambientales de la Costa Blanca son idóneas para una menor incidencia de la COVID-19.
Los bajos niveles de contaminación han jugado a favor de un menor número de contagios en la Costa Blanca.
Los investigadores han señalado en su estudio cómo, a partir de junio y hasta septiembre, las condiciones térmicas que se registran en la Costa Blanca, marcadas por unas temperaturas máximas por encima de 25 y 30º C así como la elevada insolación y radiación solar, favorecen la pérdida de efectividad del coronavirus en su estancia en el aire.
Asimismo, en la Costa Blanca el soplo constante de la brisa permite la aireación y dificulta la permanencia del coronavirus en el aire mientras que la humedad relativa elevada y constante en la franja costera también actúa a favor también de una menor efectividad del coronavirus.
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